Al aceptar los desafíos terrenales recordamos que nuestra verdadera ciudadanía está en los cielos, como menciona «Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y ansiamos con muchas ganas verlo regresar como nuestro Salvador» Podemos compartir nuestras preocupaciones y miedos con otros y ellos pueden interceder https://edgarszzll.dbblog.net/5763941/a-secret-weapon-for-cómo-calmar-el-alma-según-la-biblia